Celos patológicos
¿Qué son los celos patológicos?
Cualquier emoción que experimenta una persona puede ser adaptativa o no. El ser humano puede sentir ansiedad como una respuesta adaptativa y eficaz si vemos un león y nos persigue y debemos correr, por lo que en nuestro cuerpo deben activarse unas señales de alarma que nos hagan sentir incómodos y nos avisen de que debemos reaccionar, hasta ahí sería una respuesta adaptativa. Sin embargo, si estas señales de alarma se activan si vemos un peluche con forma de león y corremos, ya no estamos ante un comportamiento tan adaptativo.
En el sentimiento u emoción de celos ocurre algo similar. Puede resultar adaptativo y eficaz si, en un momento dado, se debe proteger la relación —imaginemos que aparece una persona interesada en nuestra pareja y el sentimiento de celos, hace que se desplieguen una serie de estrategias de cortejo o cuidado hacia la pareja. Sin embargo, si esto se vuelve habitual, intenso, intrusivo, ya no es algo adaptativo y mucho menos si reaccionamos de esta forma ante estímulos que no son potencialmente peligrosos o incluso si se reacciona en base a «fantasías de infidelidad».
En los celos patológicos hay tres características nucleares:
- No existe una causa real desencadenante: Las sospechas presentan una naturaleza extraña. Se produce una reacción irracional, incluyendo una pérdida de control.
- En los celos patológicos la persona mantiene una creencia o convencimiento anormal de que su pareja le es o le va ser infiel. Además, la creencia no tiene ninguna base sólida. Los pensamientos intrusivos, la desconfianza sobre la pareja son nucleares de esta situación.
- Los celos son una emoción o sentimiento que surge como resultado de presentar una desmedida necesidad de tener algo en exclusiva (me perteneces).
La base que sustenta esta emoción es la infidelidad, ya sea real o imaginaria, de la persona amada (Echeburúa, 2001). La RAE lo define como «sospecha, inquietud y recelo de que la persona amada haya mudado o mude su cariño, poniéndolo en otra».
Además, hay una serie de mitos sobre los celos: “Si amas debes sentir celos” falso. “La persona celosa lo es por naturaleza” falso. Esto no quiere decir que dependa únicamente de la pareja, si no de aprendizajes o experiencias previas, inseguridad, modelos parentales, culturas, etc. “Hay una relación significativa entre celos e infidelidad” falso. Los celos son independientes de la pareja como hemos comentado, tienen más que ver con un sentimiento propio.
Los celos son una de las emociones humanas básicas y universales, además de ser una emoción compleja y global. Es una emoción que requiere del otro. Va a afectar no solo al sentimiento, sino también a los pensamientos y conductas, tanto del que lo experimenta como también del compañero.
Aunque los celos más típicos sean los que aparecen en la relación de pareja, a través de la aparición de un tercero real o imaginado, no es la única manifestación o contexto en el que se pueden dar: entre hermanos, padres, amigos, etc.
Los celos pueden derivar de los sentimientos de inseguridad, de desconfianza y/o por las consecuencias que esta situación produce y las conductas que se realizan para manejarlos.
¿Cómo podemos ayudarte?
Además de trabajar con el sentimiento de celos, te ayudaremos con las conductas, emociones, pensamientos y percepciones que se encuentran en la pareja.
No sólo nos centraremos en el momento actual, sino que nos vamos a retrotraer hacia la historia vital de cada una de las personas y de la propia pareja. Ya que una evaluación precisa es la base un tratamiento efectivo.
Por otro lado, es importante entender la importancia que tienen en el mantenimiento de los celos, los sesgos cognitivos o las distorsiones en la interpretación de los hechos. Normalmente, la persona con celos patológicos creerá que la responsabilidad de su percepción y emoción deriva del compañero y de su conducta.
Así pues te ayudaremos a tratar desde la terapia cognitivo conductual:
Pensamientos: la persona con celos patológicos tiene ideas recurrentes que aparecen en su cabeza en forma de pensamientos e imágenes sobre dónde se encontrará su pareja, qué andará haciendo y con quién. Presenta, una percepción de encontrarse amenazado en aquello que es de su interés.
Conducta: la persona lleva a cabo conductas en la búsqueda de confirmación de su creencia, tales como interrogatorios a la pareja, acusaciones, confirmación de los lugares y personas donde ha estado, medidas de control de e-mails, teléfono, olores, ropa e incluso puesta a prueba a nivel sexual del compañero («tiene ganas o no»).
También nos centraremos en las características personales que pudieran haber contribuido a esta situación problemática como:
Baja autoestima y/o inseguridad; Escasa asertividad; Necesidad del otro para sentirse válido; Pérdidas significativas imprevistas; Atribuciones externas de éxito e internas de fracaso. En algunas personas puede ser una manifestación de un trastorno psicopatológico (TOC, trastorno delirante, demencia, etc.) o de un consumo de sustancias.
También hay que evaluar e intervenir sobre las consecuencias negativas que los celos están produciendo en la relación de pareja, en la persona que tiene el problema y en el otro miembro de la pareja.
¿En qué consiste la terapia psicológica?
PSICOEDUCACIÓN: Consciencia del juego patológico en el que han entrado como pareja. Debemos trabajar que ambos miembros de la pareja entiendan que originó su problema y cómo se está manteniendo y, sobre todo, qué está manteniendo el sufrimiento de ambos.
TERAPIA DE PAREJA: Restablecimiento de los límites en la pareja, comunicación, estrategias de afrontamiento adaptativas, etc.
EXTINCIÓN: Refuerzo conductas alternativas a los celos y extinción de conductas de clos.
EXPOSICIÓN: Se les enseñará a enfrentarse a esos pensamientos que generan el malestar evitando las conductas que calman el malestar.
Enseñarles la importancia que sus conductas “de evitación del daño y sufrimiento del otro” han tenido en el mantenimiento del problema y de angustia del otro. Para ello les enseñaremos nuevas dianas más saludables de refuerzo e indicaremos todo aquello a evitar por ser perjudicial para la pareja y persona
TERAPIA COGNITIVA: Trabajo sobre las distorsiones cognitivas y los sesgos cognitivos. Es fundamental trabajar y poner sobre la mesa los pensamientos, creencias, miedos y fantasías que tanto la persona aquejada por los celos como la pareja han tenido.
Caso ficticio
Teresa y Pablo son una pareja casada en segundas nupcias y que acuden a consulta por conflictos en la convivencia. Su relación de pareja comenzó cuando estaban casados y a partir de ahí, decidieron romper sus antiguos matrimonios e iniciar una vida en pareja. De esto ya han pasado 10 años. No obstante, él encontró una serie de intercambios de mails por parte de ella con su compañero de trabajo y aunque ella siempre ha mantenido que no había nada más que un juego de seducción, desde entonces, él controla el teléfono de ella, su ordenador, e incluso las salidas que hace. Ella intenta tranquilizarlo y para demostrarle que no hay nada (“como no soy culpable, voy a darle lo que necesita para que no piense que le oculto algo”) permite que él realice ese control de su vida, pero lejos de ir a menos, cada vez él sospecha más y más y se pone cada vez más irritable.
Trastorno obsesivo compulsivo
¿Qué es el Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC)?
El trastorno obsesivo-compulsivo es un trastorno de ansiedad en el que suceden una serie de pensamientos experimentados por la persona como intrusivos que se producen de manera persistente y recurrente, que producen inquietud, aprensión, temor o preocupación. Para evitar estas emociones, la persona emite una serie de conductas denominadas compulsiones que consiguen reducir a corto plazo este malestar, pero van perdiendo su eficacia, ya que cada vez la demanda será mayor.
Se encuentra incluido dentro la categoría «TOC y trastornos relacionados», en el DSM-5, Sistema de clasificación APA (2013) se han incluido:
En función del grado de conciencia de enfermedad, se establecen las siguientes especificaciones:
- Con introspección buena o aceptable.
- Con poca introspección.
- Con ausencia de introspección/creencias delirantes (con esta especificación indica un grupo de pacientes que se parece a la psicosis, mostrando la proximidad, que se produce en ocasiones entre ambos diagnósticos).
Los síntomas se describen de la siguiente manera:
Obsesiones
Pensamientos, ideas, impulsos o imágenes que aparecen de forma intrusiva, persistente, que al comienzo son rechazadas o tachadas de inapropiados o negativos por las personas que los sufren, por lo que frecuentemente generan ansiedad o malestar importantes. Las obsesiones no siempre son fáciles de identificar, a veces no presentan un contenido preciso y no resultan fáciles de percibir por la persona. No se refiere a preocupaciones por problemas de la vida real.
Compulsiones
Conductas que la persona realiza para conseguir bloquear o neutralizar las obsesiones. Al comienzo la persona trata de resistirse a hacerlo, pero, finalmente, termina cediendo por la ansiedad que le provoca no hacerlo, finalmente muchos acaban incorporándolo a su conducta habitual y acaban sin resistirse, ya que llevarlo a cabo reduce la ansiedad que experimentan.
Tipos de obsesiones y compulsiones más frecuentes:
Contaminación: Miedo a ser contagiado o sufrir consecuencias por contacto con sustancias, personas, sangre, enfermedades, bacterias, etc., Los pensamientos que se producen serían: “Me van a contagiar si toco…” o “Habré tocado algo sucio….”. Las compulsiones que se suceden serían: Lavado excesivo de manos o cuerpo, evitación de contacto, lavado excesivo del objeto y/o utilización de agentes corrosivos, consultas y pruebas médicas o comprobaciones de salud propia.
Orden: Pensamientos sobre que todo tiene que estar en su lugar o hacer las cosas de una determinada forma. Los pensamientos asociados: “Tengo que cepillarme el pelo 78 veces para que quede bien” o “Debo comprobar que he dejado el XX en su lugar”. Las compulsiones asociadas serían: Re-aseguración, comprobación de que se han dejado las cosas en su lugar, vuelta a hacer algo si no se ha hecho un determinado número de veces.
Religión: Miedo a hacer algo negativo que ponga en duda su creencia o su buen hacer ante Dios. Los pensamientos asociados serían del tipo; “Estoy dudando si existe Dios…” seguidos de acciones como: Rezar o auto-imposición de penitencias.
Muerte o daño: Miedo a hacer daño a otros o a sí mismos. Los pensamientos pueden ser del tipo: Ver un cuchillo y pensar que va a clavárselo a alguien. Las acciones que le siguen serían: Re-aseguración (comprueban que no han hecho daño a nadie) o evitar quedarse a solas con alguien.
Sexuales: Medo a perder el control o hacer algo a nivel sexual. Los pensamientos pueden ser del tipo: “A ver si voy a ser homosexual”, “Me he insinuado a mi XXX” o “A ver si voy a forzar sexualmente a alguien”. Las compulsiones que elicita puede ser: Evitación de personas, comprobación de que no han hecho nada, comprobación de preferencias sexuales.
Acumulación: Miedo a tirar algo valioso o a ser pobres. Los pensamientos pueden ser: “Voy a guardar esto no vaya a ser que lo necesite o a ver si va a ser importante”. Las compulsiones posteriores: Evitar tirar cosas o acumular objetos.
¿Cómo podemos ayudarte?
A través de los programas de tratamiento válidos y eficaces derivados de nuestro paradigma cognitivo-conductual, te ayudaremos a reducir los niveles de ansiedad y malestar, además de promocionar unos hábitos de vida más saludables y satisfactorios. Te devolveremos el excesivo tiempo invertido en la realización de las compulsiones y se mejorará tu vida social, anímica y personal.
Además de los síntomas explicados, también podremos ayudarte con otros trastornos relacionados como la tricotilomanía que consistiría en el arrancado compulsivo del cabello, trastorno por excoriación o rascado excesivo de la piel, entre otros.
El proceso de terapia psicológica en Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC)
Realizaremos una valoración global de todos los ámbitos: personal, médico o situacional que puedan estar influyendo de una manera u otra en el aumento o disminución de sus síntomas y elaboraremos una estrategia adaptada a su situación particular.
Abordaremos su caso desde una terapia eficaz adaptando las siguientes estrategias:
- a) Psicoeducación y adherencia al tratamiento.
- b) Exposición con prevención de respuesta.
La exposición en vivo con prevención de respuesta (EPR)
Componente esencial y además el que se ha encontrado más eficaz de entre los diferentes tipos de exposición. Se debe acompañar de un plan de exposición, elaborado de forma conjunta con el paciente, de forma que se realice de forma progresiva, pero comenzando por aquellas situaciones, pensamientos, etc. que evocan niveles intermedios de ansiedad (medido en USAS –unidades subjetivas de ansiedad– y siendo recomendable comenzar con 40-50 USAS) e ir graduándolo tan rápidamente como el paciente tolere. Se puede comenzar realizando un modelado por parte del paciente.
Técnica de Exposición en imaginación
Útil como forma de potenciación de la exposición en vivo y la prevención de respuesta. Se ha venido utilizando ante obsesiones vinculadas a estímulos internos. Así mismo, es la única forma de exposición que se puede utilizar cuando no resulta posible exponer en la realidad a los miedos.
La técnica de Autoexposición
Se ha mostrado eficaz a pesar de que el paciente no siga las instrucciones de forma tan estructurada. También hay situaciones en las que es muy difícil o imposible realizar la exposición en vivo acompañada del psicólogo o de un coterapeuta especializado. En estos casos, la única forma de realizar dichas exposiciones sería mediante la autoexposición. El cliente tiene sus tareas de exposición y va anotando la evolución en un Autorregistro que será revisado por el psicólogo.
La Prevención de respuesta
Se trata de evitar que el paciente se deje llevar por sus impulsos a realizar las conductas neutralizadoras habituales de la ansiedad, como son las compulsiones y rituales.
Dentro de la Terapia cognitivo-conductual también se utilizan otras técnicas igualmente eficaces como:
- Reestructuración cognitiva.
- Experimentos conductuales.
- Las auto-instrucciones.
- La técnica de la flecha descendente.
- Habituación
- Detección del pensamiento.
- Prevención de recaídas.
Caso ficticio de TOC
Se presenta un chico de 30 años de edad. Nos comenta que desde siempre le ha costado mucho hacer las cosas solo una vez. Dice que se pone muy nervioso al salir de casa, por ejemplo, que tiene que comprobar si la puerta está cerrada, si se ha dejado algo enchufado o el fuego de la cocina encendido. Ya en la calle, nos comenta para comprobar que lleva las llaves en el bolsillo y que pasa el día muy nervioso.
Nos comenta que se ha decidido a venir porque, recientemente ha cesado una convivencia de un año con su pareja sentimental. Discutían mucho por sus “manías”, y se ha dado cuenta de los problemas que le ocasionan cosas como tener siete despertadores puestos cada mañana, su ropa separada en otro armario para que no se la arrugue, una hora prefijada para todo lo que tiene que hacer durante el día o un menú también prefijado que compra cada semana y que no se puede variar ni siquiera para salir a comer fuera, ya que le descuadra toda la semana y, por supuesto, de lo que él tiene planeado para el menú, nadie puede coger nada.
Comprueba todas las puertas del coche al salir, aunque tenga cierre centralizado y un sinfín de cosas más….
Ante esta situación nos demanda ayuda ya que es consciente de que tiene problemas en la convivencia y en otras áreas de su vida como la laboral o la social y está decidido a ponerles remedio.
Pánico y agorafobia
¿Qué es la ansiedad?
La ansiedad se define como la reacción que tiene lugar ante situaciones menos específicas que el miedo, viene a ser una sensación aversiva de malestar, angustia, inquietud o desasosiego. Es una sensación similar al miedo pero que ocurre sin amenaza externa evidente, es más difusa, menos focalizada, tal vez, mejor descrita como aprensión y que ocurre sin una causa aparente.
Como el miedo, la capacidad para experimentar ansiedad, se considera un mecanismo evolucionado de adaptación que potencia la capacidad de supervivencia de nuestra especie, siendo entonces, ansiedad funcional o adaptativa.
Por tanto, la ansiedad se puede definir como el conjunto de reacciones fisiológicas, sentimientos subjetivos de malestar, y, en muchas ocasiones, comportamientos de evitación que tienen lugar sin amenaza externa o acontecimientos antecedentes que la precipite.
De esta manera, encontramos las diferencias en las descripciones clínicas entre conducta ansiosa y miedo en dos puntos, principalmente:
- El estímulo desencadenante: la conducta ansiosa no parece tener ninguna relación con situaciones o estímulos antecedentes específicos. Lo habitual es que la persona no sepa cuál es exactamente el motivo o causa de su ansiedad y, si existe, es agrandado subjetivamente. La conducta ansiosa puede ir ligada a un estímulo subjetivamente amenazante, pero no depende necesariamente de antecedentes específicos.
- Intensidad en la respuesta: Las alteraciones fisiológicas que acompañan a la ansiedad, suelen ser similares, en cuanto a la forma, a la conducta de miedo, pero mucho más intensas y duraderas en el tiempo, y, cuando se cronifica, pueden guardar relación con trastornos psicofisiológicos.
Definición de Trastorno de Pánico o Angustia y Agorafobia, según la clasificación de la Asociación de Psicología Americana DSM-V (APA, 2009).
- Trastorno de Pánico
Presencia de crisis de angustia inesperadas recurrentes. Por lo menos una de ellas va seguida durante un mínimo de un mes de intranquilidad o preocupación constante, por la posibilidad de una producción de una nueva crisis o por sus consecuencias, y/o por un cambio significativo y desadaptativo en el comportamiento que se relacione con las crisis de angustia.
- Agorafobia
Miedo o ansiedad intensa, que se produce respecto a dos o más situaciones prototípicamente agorafóbicas (transportes públicos, lugares abiertos, lugares cerrados, hacer colas o estar en medio de una multitud, y/o estar solo fuera de casa) y que la persona tiende a evitar de forma activa, y que requiere la presencia de un acompañante o se aguanta con un intenso miedo o ansiedad.
Además, las crisis de ansiedad se han modificado en el sistema de clasificación actual, y ahora se indica que pueden darse dentro de cualquier tipo de trastorno de ansiedad y en otros trastornos psicopatológicos. Se han limitado dos tipos: crisis esperadas e inesperadas.
¿Cómo podemos ayudarte?
Al igual que ocurre con el resto de trastornos relacionados con la ansiedad, desde el único modelo validado como eficaz en los trastornos de ansiedad, el cognitivo-conductual, podemos realizar una intervención sobre los siguientes síntomas que se presentan y que resultan perturbadores y causantes de malestar.
- Síntomas anímicos, es uno de los síntomas que debemos tener en consideración y que generalmente asienta el eje de los trastornos de ansiedad.
- Síntomas motores. Frecuentemente sentimos que nuestra forma de responder a nivel conductual se modifica, como, por ejemplo, movimientos repetitivos, tics, evitación de determinadas situaciones, etc.
- Síntomas somáticos. Es habitual que mostremos cambios a nivel físico, como: dolores de cabeza, síntomas gastrointestinales, etc.
- Síntomas cognitivos. Pensamientos que nos invaden y que no podemos evitar interfiriendo en nuestro quehacer cotidiano.
- Síntomas relacionales. El hecho de evitar situaciones, lugares, etc., nos afecta en nuestras relaciones sociales, con nuestros amigos, familiares y, en definitiva, nuestra vida.
¿En qué consiste el tratamiento psicológico del pánico/agorafobia?
El tratamiento de elección para el trastorno de pánico conlleva diferentes categorías:
- Psicoeducación:
- Síntomas: pánico explicación a nivel biológico.
- Interpretación errónea síntomas y consecuencias.
- Explicación de motivo de producción y no miedo a que vaya a más (eliminar mitos y errores de pensamiento).
- Técnicas de desactivación fisiológica:
- Relajación.
- Respiración diafragmática.
- Exposición a síntomas físicos:
- Exposición interoceptiva: consiste en exponerse de forma sistemática y premeditadamente a las sensaciones corporales que provocan temor.
- Prevención de respuesta (no escape, no evitación de situaciones).
- Entrenamiento en autoinstrucciones: mensajes que la persona debe darse para facilitar el cambio de cogniciones «Voy a hacer», «Voy a ser capaz de hacerlo».
- Reestructuración cognitiva (catastrofismo).
- Sobreestimación del miedo a las consecuencias, pánico.
- Tarea casa; de forma que facilitemos la generalización
La agorafobia se trata del trastorno de ansiedad más incapacitante, además de no remitir de forma espontánea, por lo que es uno de los trastornos que mayor demanda de tratamiento especializado tiene.
Entre los programas de tratamiento cognitivo conductual debemos seleccionar aquellas estrategias que sean adecuadas para cada paciente y su sintomatología.
- Programa de tratamiento cognitivo conductual:
- Psicoeducación sobre respuestas de miedo y su función y explicación a nivel biológico.
- Exposición in vivo.
- Autoexposición, tras a una educación previa.
- Reestructuración cognitiva.
- Práctica programada.
- Desensibilización sistemática en imaginación.
- Relajación/Respiración diafragmática lenta.
Caso Ficticio
Se presenta una chica de 30 años de edad. Nos cuenta que hace un par de años debió comer algo en mal estado en casa de unos amigos. Cuando se fue para su casa, en el autobús urbano sufrió un episodio en el que tuvo que llamar a un familiar para que la recogiera de urgencia y llevarla a casa.
Desde entonces, afirma no poder subirse sola en autobús y no ir a ningún sitio en el que, no haya cuarto de baño ya que le da mucho miedo que le suceda lo mismo.
Ha dejado de salir sola con sus amigos y no alejarse de casa ni para dar un paseo. Se limita a ir a la facultad, ya que, incluso en los lugares públicos muy concurridos, en los que sí hay baño.
Nunca ha sufrido crisis de ansiedad por las que haya tenido que acudir al hospital, pero evita viajar en autobús por si acaso, al igual que alejarse de sus lugares de confort.
No ha vuelto a padecer de problemas intestinales por lo que no hace sospechar de colon irritable o cualquier otro problema físico que deba tenerse en consideración.
Acude a consulta porque afirma que no tiene una vida “normal” y tiene una vida muy limitada ya que cada vez que se propone cambiar se pone muy nerviosa y no se ve capaz.
Fobia social
¿Qué es la Ansiedad, los Trastornos de Ansiedad y la Fobia Social?
La ansiedad es una respuesta fisiológica normal que experimentamos todas las personas. La función de la respuesta de ansiedad es prepararnos (de forma brusca) para poder afrontar un peligro mediante las respuestas de lucha o huida.
Ese mecanismo del que disponemos las personas y que tiene una función de ayuda a la supervivencia, a veces, aparece ante situaciones que no son realmente peligrosas. Esta respuesta de ansiedad, en situaciones en las que no es necesaria, se aprende, y, entonces estaremos ante un trastorno de ansiedad. Se le llama trastorno de ansiedad porque la persona que presenta estos comportamientos experimentará la ansiedad asociada a malestar con mayor o menor frecuencia en las situaciones que se hayan condicionado como “peligrosas”. Esto provocará malestar importante en la persona y puede llegar a afectar a su funcionamiento en las áreas importantes de la vida: trabajo/estudios, pareja/familia, vida social o actividades de la vida cotidiana. La ansiedad se ha convertido en disfuncional y es por esto que se le llama trastorno.
A los trastornos en los que la ansiedad juega un papel importante les llamamos trastornos de ansiedad. Los más frecuentes son: Fobia Social, Trastorno de Pánico/Agorafobia, Fobia Específica, Trastorno por Ansiedad Generalizada, Trastorno por Estrés Postraumático, etc. Hay otros trastornos del comportamiento en los que la ansiedad juega también un papel fundamental pero que, por diversos motivos, no aparecen en la actualidad en el apartado de Trastornos de Ansiedad del DSM-V (APA, 2013), y que son: Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC), Hipocondría y Trastorno de adaptación por ansiedad.
En este caso vamos a explicar la Fobia Social.
¿Qué es la Fobia Social?
La Fobia Social se caracteriza por la experimentación de miedo o ansiedad al enfrentarse a situaciones sociales. La persona evitará las situaciones sociales que le provocan ansiedad. Los pensamientos más frecuentes en estas personas suelen ser: “Notarán que estoy nervioso”, “Pensarán que soy raro”, “Cuando me conozcan me rechazarán”, “Pensarán que estoy loco”, etc. Al componente cognitivo de la fobia social, es decir, los pensamientos negativos característicos de este trastorno, les llamamos “pensamientos de miedo a la evaluación negativa”. Así, esta creencia de que los demás van a notar que estamos nerviosos, nos van a rechazar o van a pensar que somos raros, juega un papel importante en el inicio y mantenimiento de la fobia social.
El siguiente componente de la fobia social es la respuesta de ansiedad que aparecerá en las situaciones sociales temidas o cuando la persona se anticipe a que tendrá que enfrentarse a una situación social (ansiedad anticipatoria). La respuesta fisiológica se manifestará por medio de cualquier síntoma o conjunto de síntomas de ansiedad. Los más frecuentes en fobia social son: rubor facial (enrojecimiento), sudor, temblor, aceleración del ritmo cardíaco, etc.
El tercer componente de la fobia social sería el conductual o motor. En este caso consiste en la evitación de situaciones sociales. La persona evitará las situaciones sociales siempre que le sea posible. Es característico de este trastorno la “evitación pasiva” esto consiste en que la persona puede que se enfrente a una situación social, por ejemplo, asistir a una fiesta, pero permanezca en dicha situación sin hablar con nadie.
La Fobia Social es un trastorno muy limitante para la persona que lo padece porque vivimos en una comunidad social y, por tanto, la interacción social es fundamental para poder desenvolvernos con eficacia en las distintas situaciones de la vida. Todas nuestras actividades implican situaciones de interacción con otras personas: trabajo, estudio, vida cotidiana, etc.
Hay que diferenciar la Fobia Social de la timidez, que es una conducta de inhibición social en algunas situaciones propias de finales de la infancia o principios de la adolescencia. La timidez va desapareciendo progresivamente, al ser un fenómeno evolutivo totalmente normal. La Fobia Social constituye un problema al causar elevado malestar en la persona que la sufre y al afectar al área de las relaciones sociales. Las personas con Fobia Social suelen presentar elevados niveles de ansiedad en diversas situaciones de la vida diaria porque es muy difícil evitar las situaciones sociales en una comunidad social.
Se habla de Fobia Social Específica cuando la ansiedad y las conductas de evitación afectan sólo a algunas situaciones sociales. En la Fobia Social Generalizada la persona experimenta ansiedad en la mayoría de las situaciones sociales.
La ansiedad aparecerá más con desconocidos y personas de autoridad que con familiares. También es normal que la ansiedad sea mayor ante la interrelación con personas atractivas del otro sexo.
Tratamiento psicológico de la Fobia Social
El tratamiento psicológico de la fobia social suele incluir distintos módulos: sesiones informativas sobre la ansiedad, programa de autoestima y asertividad, entrenamiento en habilidades sociales, técnicas de control de ansiedad y exposición gradual a las situaciones evitadas junto a terapia cognitiva dirigida a los pensamientos negativos que aparecen en dichas situaciones.
Caso ficticio
Dani acudió a consulta porque vivía en un estado continuo de ansiedad. Hacía meses que se encontraba con un estado de ánimo bajo. No tenía ganas de nada.
Ahora tiene 32 años. Recuerda que desde siempre ha sido muy tímido. Con 17 años tuvo que encargarse de exponer un trabajo en clase. Recuerda los días antes de la exposición. Experimentaba sudor, temblor… Se le aligeraba la barriga. Notaba náuseas.
Por fin, se le ocurrió una idea. El día antes de la exposición le dijo a sus compañeros que estaba enfermo, que había tenido que ir a urgencias. Así, consiguió no tener que exponer el trabajo en clase.
Pero a partir de ahí su vida cambió a peor. Evitaba quedar con amigos. Había veces que se cruzaba de acera para no tener que saludar a un conocido. Evitaba hablar por teléfono, ir al banco, pedir cualquier cosa a un amigo.
En la actualidad ha terminado los estudios. Trabaja de pintor con su tío. No obstante, reconoce que evita cualquier situación social. Solo con pensar en quedar con los amigos se le disparan los niveles de ansiedad.
Acude a tratamiento porque reconoce que tiene un problema, que su vida no es normal y quiere superar sus miedos y poder relacionarse con los demás con naturalidad.
Empezamos con las sesiones educativas. Se le explica qué es la ansiedad y cómo ha llegado a aprender a tener miedo ante las relaciones con los demás.
Comenzamos con las técnicas de control de ansiedad (relajación, respiración diafragmática lenta, etc.). A continuación centramos la terapia en la mejora de los niveles de autoestima y en el entrenamiento en habilidades sociales y asertividad.
La siguiente sesión la dedicamos a explicarle en qué consiste la exposición. Evaluamos los estímulos o situaciones que le producen ansiedad y los graduamos de menos a más.
Pronto estaremos enfrentándonos a los estímulos que ha evitado durante tanto tiempo.
En las sesiones que dedicamos a revisar cómo ha ido la exposición, aprovechamos para analizar los pensamientos negativos que le han venido a la cabeza al enfrentarse a dichas situaciones.
Por último, analizamos juntos cómo puede incrementar las situaciones sociales a las que se enfrenta, los contactos sociales, etc.
En las últimas sesiones, aunque hay veces en las que se encuentra nervioso, lo importante es que cuando tiene que relacionarse con los demás lo hace, con más o menos nerviosismo pero no evita ninguna situación social.
En los seguimientos tras el alta se percibe una evaluación continua, en el sentido de que cada vez se enfrenta a más situaciones sociales y cada vez la ansiedad ante las mismas es menor.
Daniel se encuentra mucho mejor de ánimo y su vida, gracias a su esfuerzo ha cambiado a mejor.
Esquizofrenia y trastornos psicóticos
En la actualidad, en el DSM-V, la Esquizofrenia aparece en el apartado de Espectro de la esquizofrenia y otros trastornos psicóticos.
La Esquizofrenia es un trastorno que afecta al 1-2% de la población. Aunque no se conocen con precisión sus causas, sí se han identificado algunos posibles factores relacionados con el inicio de este trastorno.
En los chicos, el primer episodio psicótico suele aparecer en la década de los 20. Sin embargo, en chicas, suele iniciarse en la década de los 30.
El Modelo de Vulnerabilidad/Estrés de Zubin, parte del presupuesto de que todas las personas tenemos una determinada “predisposición” a desarrollar esquizofrenia que sería la vulnerabilidad. En el conjunto de dicha vulnerabilidad estarían los factores biológicos y psicológicos. Para que se desencadene un episodio psicótico sería necesaria la exposición a “estrés” por parte de la persona. De esta forma, una persona con elevada vulnerabilidad precisaría niveles bajos de estrés para desarrollar un episodio psicótico mientras que si la persona tiene una vulnerabilidad muy baja precisaría de elevados niveles de estrés.
Aunque los medios de comunicación se han encargado de asociar esquizofrenia y peligrosidad, nada más lejos de la realidad. Suele ocurrir que cuando una persona diagnosticada de esquizofrenia comete un hecho violento, la prensa indicará en sus titulares: “Un joven con esquizofrenia…”. Esta forma de enfocar la noticia es la que lleva a la falsa creencia en la peligrosidad de las personas con esquizofrenia. La realidad es que la probabilidad de que una persona con esquizofrenia lleve a cabo un hecho violento es muy inferior a la probabilidad de que el autor del suceso violento sea un miembro de la población general.
Otra falsa creencia sobre la esquizofrenia consiste en considerarla una enfermedad crónica. La realidad es que la mayoría de las personas que sufren un episodio psicótico no volverán a padecer nuevos episodios y solo un 25-30% tendrán nuevos episodios psicóticos o evolucionarán a una esquizofrenia con síntomas continuos.
En la actualidad son demasiado frecuentes las conocidas como psicosis tóxicas. Se trata de episodios psicóticos desencadenados por el consumo de un medicamento o droga. Una de las sustancias psicotrópicas con capacidad de desencadenar episodios psicóticos es la cocaína. En estos casos, lo más frecuente es la aparición de ideas delirantes, de tipo persecutorio o celotípico, que aparecen durante el consumo de la sustancia y que suelen desaparecer cuando desaparecen los efectos de la droga. Se conoce también como psicosis cocainica. No obstante, en algunos casos, los síntomas psicóticos continuarán después de abandonado el consumo de la droga.
Otra forma de psicosis tóxica es la desencadenada por el consumo de derivados del cánnabis. Es la conocida como psicosis cannábica. En estos casos, se suele dar también la aparición de síntomas psicóticos mientras la persona se encuentra bajo los efectos de la sustancia. Lo más frecuente, es la aparición de ideas de referencia sin llegar a la instauración de delirios elaborados. Nos referimos a la sensación de que “me miran”, “se ríen de mí”, o, en general, de que cualquier gesto o palabra está dirigido a ellos.
En otros casos, ocurre que el consumo de cannabis desencadena un episodio psicótico cuyos síntomas permanecen mucho tiempo después de que desaparezcan los efectos de la sustancia. En los casos de esquizofrenia desencadenada por el consumo de cannabinoides es muy importante seguir dos indicaciones. Una es la medicación con antipsicóticos, prescritos por el psiquiatra y siguiendo la pauta indicada. La segunda indicación es detener el consumo del tóxico y no volver a tomarlo en el futuro. La persona con una esquizofrenia desencadenada por el consumo de cannabinoides que sigue estas indicaciones tendrá muy buen pronóstico, es muy probable que desaparezcan todos los síntomas y que no vuelva a tener nuevos episodios psicóticos.
Dentro de los Trastornos del espectro de la esquizofrenia también nos encontramos con el Trastorno Delirante. Se trata de un trastorno psicótico que se caracteriza por la presencia de ideas delirantes o delirios. Los delirios pueden ser de cualquier contenido: celotípicos, persecutorios, etc. Sin embargo, suelen ser más frecuentes los delirios de contenido de celos. Por supuesto, no se tratan de los celos más o menos normales en nuestra cultura, ni de los celos patológicos, ni, por supuesto, de los celos con una justificación real (indicios razonables de infidelidad). En el caso de los celos delirantes la persona cree al 100% que su pareja le es infiel sin basarse en ningún indicio e, incluso, con indicios y argumentos de peso contrarios a dicha infidelidad.
Este trastorno es más frecuente en personas de más de 40 años y su incidencia es también mayor en mujeres.
La intervención farmacológica del Trastorno Delirante es muy compleja dado que la persona cree al 100% en la realidad de su creencia, y, por tanto, se negará a acudir a un médico y a tomar medicación antipsicótica.
En estos casos, un psicólogo especializado en trastornos psicóticos y con experiencia en el abordaje de los mismos podrá enfocar la terapia a la mejora de la relación de pareja, a los síntomas de ansiedad, depresión e insomnio, e, indirectamente, a la intervención con terapia cognitiva de las ideas delirantes.
Tratamiento farmacológico de la Esquizofrenia
Todas las investigaciones sobre el uso de medicación en esquizofrenia concluyen, de manera unánime, que el tratamiento con fármacos antipsicóticos mejora los síntomas de la esquizofrenia, y, más importante aún, previene la aparición de nuevos episodios psicóticos. En el cerebro de las personas con esquizofrenia hay un exceso de un neurotransmisor llamado dopamina. Los antipsicóticos son fármacos que disminuyen los niveles de dicho neurotransmisor. El problema que nos encontramos para poder aprovechar los efectos beneficiosos de la medicación en esquizofrenia es que muchos de los pacientes con no reconocen que tienen una enfermedad, y, por tanto, se niegan a acudir al médico y a tomar medicación.
Así, uno de los objetivos terapéuticos del psicólogo será informar a la familia y al paciente sobre la enfermedad y la medicación y plantear distintas estrategias para conseguir que la persona acepte el uso de la medicación y la tome de forma adecuada.
Tratamiento psicológico de la esquizofrenia
Aunque el tratamiento farmacológico, es necesario en esquizofrenia, el tratamiento psicológico aporta muchos beneficios tanto en la mejora de los síntomas como en el incremento de la calidad de vida.
Existen distintas estrategias terapéuticas que se pueden utilizar en personas con esquizofrenia. A continuación explicamos las más utilizadas:
- Psicoeducación en esquizofrenia. Los programas de psicoeducación tiene como objetivo informar al paciente y a su familia sobre la esquizofrenia, sus síntomas, el papel de la medicación, etc.
- Prevención de recaídas. Estos programas se aplican en formato individual y familiar. Básicamente, enseñan a la persona y a su familia a reconocer los síntomas que pueden aparecer días o semanas antes de un nuevo episodio psicótico y a qué hacer, cuando aparecen, para evitarlo.
- Intervención sobre síntomas psicóticos persistentes a la medicación. Aunque los fármacos antipsicóticos reducen o eliminan los llamados síntomas positivos de la esquizofrenia (alucinaciones y delirios) esto no siempre es así. Los psicólogos disponemos de intervenciones muy eficaces para disminuir la sintomatología psicótica en los casos en los que la medicación no aporta buenos resultados.
- Entrenamiento en habilidades. En personas con esquizofrenia se usan distintos módulos de intervención con el fin de aportar habilidades de manejos de situaciones potencialmente estresantes. Se utilizan, sobre todo, Programación de actividades, Entrenamiento en Habilidades de comunicación, Entrenamiento en Toma de decisiones y resolución de problemas, etc.
- Otras formas de intervención. En personas con esquizofrenia nos podemos encontrar otras situaciones en las que la intervención psicológica será necesaria, como ansiedad elevada, depresión, ideación suicida, déficit en autoestima, problemas de pareja, etc. Dependiendo de los resultados de la evaluación se aplicarán los módulos de intervención para abordar las conductas problema detectadas.
En conclusión, aunque la esquizofrenia puede llegar a ser un trastorno psicológico grave e invalidante, en la actualidad disponemos de tratamientos farmacológicos y psicológicos que bien utilizados pueden aportar una gran mejoría de los síntomas, un incremento de la capacidad de adaptación, y, en definitiva, una mejora de la calidad a las personas con esquizofrenia.
Psicología infantil y terapia con adolescentes
La Psicología Clínica de la Infancia y Adolescencia es el área de la Psicología Clínica encargada de aplicar las técnicas, procedimientos e instrumentos, derivados de la Psicología, para la evaluación e intervención de los problemas emocionales y de conducta presentes en niños/as.
Son diversos los problemas por los que un menor, acompañado de sus padres, puede ser atendido en un centro de psicología. Entre ellos podemos destacar, por su frecuencia, los siguientes:
- Problemas relacionados con el Aprendizaje: Existen diversos motivos por los que un menor puede presentar problemas para el aprendizaje. Por un lado puede presentar dificultades para la atención, concentración o la memoria, funciones básicas para consolidar el aprendizaje. Estas dificultades pueden afectar a la lectura, escritura, comprensión y al cálculo de operaciones matemáticas. Estos conjuntos de dificultades pueden denominarse de distinta manera, en función de qué problema concreto presente: Dislexia, Disgrafía, Discalculia o Déficit de Atención con o sin Hiperactividad.
- Problemas relacionados con el comportamiento: Aquí suelen englobarse todos aquellos problemas relacionados con conductas disruptivas, desafiantes y antisociales. Estos menores presentan conductas inapropiadas, que propician conflictos, vulneración de las normas y de los derechos de los demás.
- Problemas relacionados con la ansiedad: La ansiedad es una emoción necesaria para la supervivencia, pero en determinadas situaciones, esta emoción, se presenta de manera anómala debido a la frecuencia, duración o intensidad. Dependiendo del contexto o las situaciones donde se manifieste podemos hablar de distintos trastornos: Fobia específica, Ansiedad por separación, Ansiedad social, Mutismo selectivo, terrores nocturnos o pesadillas. No obstante, la ansiedad puede estar presente y acompañar a otros muchos problemas y dificultades del menor.
- Problemas relacionados con el estado de ánimo: Tras un acontecimiento vital crítico, como puede ser la separación de los padres o la pérdida de un ser querido, el menor puede presentar tristeza y apatía como consecuencia de lo anterior. Es necesario evaluar qué está causando el paulatino decremento de su energía y actividad, entre otras cuestiones, con el fin de volver a restaurar el funcionamiento emocional adecuado.
- Problemas generales del desarrollo: Las causas de los problemas relacionados con el desarrollo son variadas, la mayoría de los especialistas consideran que se trata de trastornos multicausales.Hasta el momento uno de los factores más estudiados ha sido la genética. Dentro de este grupo podemos encontrar: Autismo, Síndrome de Asperger o Trastorno generalizado del desarrollo. Una buena evaluación determinará los problemas que presenta el menor y cuáles serían las líneas de intervención.
- Problemas relacionados con el control de esfínteres: Los problemas relacionados con el control de esfínteres (enuresis y encopresis) son comunes en la infancia, siendo normalmente su edad de inicio entre los 4 o 5 años, aunque puede aparecer en cualquier momento de la infancia. Las causas suelen ser en su mayoría psicológicas, desde un aprendizaje disfuncional a problemas emocionales. Existen diversas técnicas de intervención que modifican estas respuestas, a veces inconscientes, que presentan los menores.
- Otros Problemas o motivos de consulta: En otras ocasiones, el motivo de interés con el menor es la evaluación de sus capacidades intelectuales, su adaptación particular a un proceso de divorcio o la evaluación de las consecuencias emocionales del uso del maltrato, de cualquiera de las maneras, sobre ellos. Este tipo de evaluaciones tendrán validez a nivel orientativo, sanitario, educativo o pericial.
Cuando los niños o adolescentes presentan problemas de comportamiento que no podemos resolver por nuestros propios medios, lo más razonable es recurrir a ayuda profesional especializada.
Disponemos de un Equipo de Psicólogos especializados en la intervención con niños y adolescentes.
Anorexia y bulimia
Tratamiento psicológico de los trastornos de conducta alimentaria: anorexia y bulimia nerviosas
Los Trastornos de la Conducta Alimentaria
Los Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA) son un grupo de trastornos psicológicos que tienen en común una conducta de la ingesta de los alimentos alterada y que es acompañada por conductas del control del peso. Esta ingesta anómala conlleva problemas físicos y afecta al funcionamiento general del individuo y su entorno.
Dentro de los TCA podemos encontrar un grupo de trastornos más específicos entre los que destacaremos los siguientes por su frecuencia y demanda en las consultas de psicología:
- Anorexia
- Bulimia Nerviosa
¿Qué es la Anorexia?
La anorexia nerviosa tiene tres características básicas: la restricción de la ingesta energética persistente, el miedo intenso a ganar peso o a engordar (o un comportamiento persistente que interfiere con el aumento de peso) y la alteración de la forma de percibir el peso y la constitución propia. El individuo mantiene un peso corporal que está muy por debajo del nivel mínimo normal para su edad, sexo, fase de desarrollo y salud física.
La percepción y la importancia del peso corporal y la constitución están distorsionadas en estos individuos. Algunas personas sienten que tienen sobrepeso en general. Otras se dan cuenta de que están delgadas pero les preocupa que algunas partes de su cuerpo, particularmente el abdomen, las nalgas y los muslos, están «demasiado gordos».
Pueden emplear diferentes técnicas para valorar la talla o el peso corporal, como pesarse con frecuencia, medir obsesivamente partes del cuerpo y usar insistentemente el espejo para comprobar zonas de «grasa». La autoestima de los individuos con anorexia nerviosa depende mucho de cómo perciben su peso y su constitución corporal. La pérdida de peso se ve, a menudo, como un logro impresionante y un signo de extraordinaria autodisciplina, mientras que el aumento de peso se percibe como un fracaso inaceptable del autocontrol.
¿Qué es la bulimia nerviosa?
Hay tres características principales de la bulimia nerviosa: los episodios recurrentes de atracones, los comportamientos compensatorios inapropiados y recurrentes para evitar el aumento de peso y la autoevaluación que se ve influida indebidamente por el peso y la constitución corporal.
Un «episodio de atracón» se define como la ingestión, en un período determinado de tiempo, de una cantidad de alimentos que es claramente superior a la que la mayoría de las personas ingerirían en un período similar y en circunstancias parecidas.
El tipo de alimento consumido durante los atracones varía entre los distintos individuos y en un mismo individuo. Los atracones parecen caracterizarse más por una alteración de la cantidad de alimentos consumidos que por el deseo de un nutriente específico. Sin embargo, durante los atracones los individuos tienden a comer alimentos que en otras circunstancias evitarían.
Las personas con bulimia nerviosa le conceden una importancia excesiva al peso o a la constitución corporal en su autoevaluación, y estos factores son, por lo general, extremadamente importantes para determinar su autoestima.
Tratamiento psicológico de los Trastornos de la Conducta Alimentaria
El objetivo del tratamiento de los TCA exige que se lleve a cabo desde un equipo multidisciplinar, formado por diferentes especialistas: médicos, psicólogos, enfermeros, educadores, etc. para poder proporcionar a la persona un tratamiento integral que aborde todas las causas y consecuencias de la enfermedad.
Los profesionales de la psicología sostienen que el elemento fundamental que mantiene el problema es una autoevaluación deficitaria; mientras la mayoría de las personas se evalúan a sí mismas basándose en la percepción que tienen de sí mismos en distintas áreas de su vida (por ejemplo: las relaciones interpersonales, el trabajo, la familia, etc.) las personas con TCA se juzgan a sí mismas, principalmente, en relación a sus hábitos de ingesta, a su figura y peso corporal y a su capacidad para controlarlos.
Esta sobrevaloración de la importancia de la figura, del peso y de su control es la pieza clave en el mantenimiento del problema. A partir de esta imagen se derivan el resto de características clínicas de los trastornos TCA: la dieta estricta y los comportamientos dirigidos a controlar el peso (por ejemplo: restringir la ingesta, ejercicio excesivo, etc.), la evitación (por ejemplo: evitar mirarse ciertas partes del cuerpo), los rituales de comprobación (por ejemplo: mirarse continuamente al espejo, pesarse frecuentemente) y la preocupación por pensamientos sobre la comida, la figura y el peso.
El tratamiento psicológico va encaminado, a través de las diferentes técnicas psicológicas, a modificar su autoestima, esquemas y pensamientos relacionados con su cuerpo y su figura. Además, las personas con TCA, suelen presentar problemas de estado de ánimo y ansiedad, por lo que es conveniente la intervención en aquellos problemas que acompañen a los de la conducta de alimentaria.
Alcoholismo
Desde la antigüedad el alcohol y sus propiedades son conocidas y se han integrado en la vida cotidiana de diferentes culturas para ritos religiosos y como parte de los hábitos de alimentación.
Las consecuencias de su consumo se han valorado desde diferentes perspectivas (moral, social, médica o psiquiátrica).
El etanol es un depresor del sistema nervioso central y presenta tolerancia cruzada con otros agentes depresores. La medición del consumo de alcohol reciente se puede realizar a través de muestras de sangre, aire expirado, orina, saliva y sudor con una duración aproximada de la positividad en torno a 24 horas, siendo las más fiables la concentración de alcohol en sangre y en aire expirado. Niveles de alcohol en sangre de 100-300mg/dl son indicadores de intoxicación, y alcoholemias superiores a 150mg/dl, en ausencia de signos de intoxicación aguda, sugieren gran tolerancia al alcohol. En cuanto a los efectos sobre la conducta, concentraciones de etanol en sangre entre 100-200mg/100ml se asocian a euforia, excitación, locuacidad, disminución del rendimiento intelectual y alargamiento de los tiempos de reacción; entre200-300mg/100ml producen alteraciones en la coordinación como ataxia, disartria y obnubilación. El coma etílico suele aparecer con alcoholemias superiores a 300-500mg/100ml; dosis altas de alcohol pueden llegar a producir la muerte por parada respiratoria.
Dependencia del alcohol
Como en cualquier otra dependencia, en el alcoholismo aparecen una serie de signos conductuales, cognitivos y fisiológicos que indican que el individuo consume la sustancia a pesar de los graves problemas que le ocasiona. Desarrolla tolerancia, necesitando recurrir cada vez a cantidades mayores de alcohol para obtener los mismos efectos y ante la interrupción o disminución brusca de la dosis habitual, aparecerá el síndrome de Abstinencia Alcohólica (sudoración, taquicardia, aumento de la tensión arterial, insomnio, náuseas o vómitos, ansiedad e irritabilidad). En casos de dependencia severa al alcohol, el síndrome de abstinencia alcohólica puede aparecer acompañado de delirium tremens y provocar la muerte.
Intoxicación etílica
Tras la ingestión de alcohol pueden aparecer comportamientos desadaptativos como agresividad, euforia o depresión, deterioro de la capacidad de juicio y deterioro en el funcionamiento laboral o social; en este caso hablamos de intoxicación etílica. Pueden aparecer, además, alteraciones funcionales como lenguaje farfullante, falta de coordinación, marcha inestable, deterioro en la memoria, y en casos muy graves, coma etílico.
Dependiendo de la cantidad de alcohol ingerida (tipo de bebida y su graduación alcohólica), la rapidez con que se hace la ingesta, de si previamente se han ingerido alimentos, de la historia previa de consumo del sujeto y de otros factores individuales, el episodio de intoxicación tendrá mayor o menor gravedad.
Tratamiento psicológico
El tratamiento psicológico del alcoholismo se centra por un lado en conseguir que el paciente esté motivado para la terapia, que sea consciente del problema y se implique activamente; se pretende también conseguir una Deshabituación, de modo que la dependencia psicológica sea eliminada y se creen nuevos hábitos, y finalmente se persigue conseguir la Rehabilitación controlando las posibles recaídas y creando un nuevo estilo de vida.
A lo largo del tiempo se han utilizado una amplia variedad de tratamientos para la dependencia del alcohol, en la actualidad el avance en este sentido ha pasado a considerar el abordaje de este problema desde un punto de vista interdisciplinar.
De forma general podemos agrupar los tratamientos existentes en: grupos de autoayuda, tratamientos farmacológicos, tratamientos conductuales y cognitivo-conductuales. Dentro de estos últimos, cognitivos-conductuales y conductuales, los más utilizados son:
- Técnicas aversivas: después del consumo de alcohol el sujeto toma unas sustancias que le provocan reacciones aversivas, de este modo se produce extinción de la conducta de ingesta por asociación de los efectos aversivos con el consumo de alcohol.
- Entrenamiento en conductas incompatibles: los sujetos con problemas de dependencia con el alcohol presentan déficit en habilidades o bien no son capaces de ponerlas en práctica, de modo que este entrenamiento hará hincapié en formar a los sujetos en las habilidades necesarias para enfrentarse a los problemas desencadenados por la bebida.
- Programa de prevención de recaídas: se identifican las situaciones de alto riesgo, analizando los acontecimientos de la vida real en los que el sujeto responde bebiendo y se entrena en estrategias conductuales como búsqueda de apoyo social, de evitación o no evitación, y en estrategias de reestructuración cognitiva sobre pensamientos positivos, pensamientos negativos sobre las consecuencias del exceso de bebida, afrontamiento imaginario, resolución de problemas, etc.
Caso ficticio:
Manuel, de 40 años, es una persona alcohólica que había conseguido alcanzar un periodo de abstinencia de aproximadamente 3 años. Tenía un negocio propio y los recortes que había venido sufriendo y la inestabilidad de su empresa comenzaron a afectarle a nivel emocional. Manifestaba sentirse hundido, ya que su empresa peligraba y pensaba que podía quedarse sin nada. Se veía incapaz de concentrarse y encontrar alguna solución. En ese momento empezó a plantearse la idea de que si se tomase una copa tendría las cosas más claras, que le ayudaría a desbloquearse y concentrarse mejor, y que después de tanto tiempo sin beber podría controlarlo sin problemas. Sin embargo, esto supuso una recaída en su problema con el alcohol.
Fobias
Una fobia se puede describir como un miedo intenso y constante, excesivo e irracional que se produce ante la presencia de objetos o situaciones reales o anticipadas y que desencadena una respuesta fisiológica y emocional a la cual el individuo en ocasiones puede reaccionar con la evitación del objeto o la situación fóbica. En algunos casos, el sujeto podrá enfrentarse a la situación/objeto temidos, sin una evitación directa del estímulo, aunque haciéndolo a pesar de la ansiedad o usando algunas formas de evitación parcial o acompañado o apoyándose en un estímulo de seguridad.
Normalmente los síntomas que se experimentan en una fobia pueden ser a nivel fisiológico: sudoración, palpitaciones, temblor, mareos y nudo en el estómago; a nivel emocional: nerviosismo, ansiedad (en caso de que sea inmediata, puede desencadenar en ataque de pánico), pensamientos catastrofistas y sensación de malestar general.
Todas estas circunstancias repercuten negativamente en los diferentes contextos del sujeto (laboral/académico, social, familiar, etc.) y se agravan en los casos en que se produce un proceso de generalización de la fobia. Por ejemplo, sujetos con miedo a volar, comienzan evitando subir a un avión, y por tanto entrar a un aeropuerto, y por tanto viajar,…, y así sucesivamente.
Cuando estos miedos o las propias conductas de evitación de la situación temida resultan incapacitantes en la vida del sujeto, interfiriendo en su vida cotidiana, se hace necesaria la ayuda profesional.
TRATAMIENTO PSICOLÓGICO DE LA FOBIA
Existen varias modalidades de técnicas de exposición para tratar las fobias; en función de las características de la fobia y las variables del sujeto, se elegirá una u otra modalidad:
- Exposición en vivo
- Exposición en imaginación
- Autoexposición
- Inoculación del estrés
- Desensibilización sistemática
- Inundación en imaginación
Puesto que en las fobias específicas los pensamientos asociados suelen ser negativos, irracionales e intrusivos, puede ser eficaz el empleo de la reestructuración cognitiva.
CASO FICTICIO:
Luis, de 26 años, trabaja reformando edificios; acude a consulta presentando un miedo excesivo a las alturas, experimentando estados de ansiedad elevados. Lleva a cabo conductas de evitación ante la situación temida. Este miedo afecta a su vida cotidiana, pero de forma más persistente en su trabajo ya que en muchas ocasiones, debe subirse a lugares elevados, como por ejemplo cuando trabaja en fachadas o decoraciones exteriores. En estas situaciones el paciente solicita ayuda de su compañero ya que él no puede desempeñar este trabajo y muestra conductas de evitación cuando tiene que enfrentarse a cualquier situación ante la que tenga que enfrentarse a las alturas. Sus pensamientos son negativos, cuando se sitúa en un lugar elevado presenta cogniciones erróneas, como por ejemplo que se va a caer al vacío, con la consecuente respuesta de intentar por todos los medios bajar de ese sitio elevado a un lugar seguro.
La terapia comenzó informando al paciente sobre las fobias específicas, como se desarrollan y aspectos generales de éstas. Se fue concretando ofreciéndole información educacional sobre su fobia específica, la naturaleza de la situación temida, el valor del miedo, el papel de los pensamientos asociados a la ansiedad, etc. A continuación se preparó al sujeto para la exposición en vivo, eficaz para reducir el miedo porque permite desarrollar un sentido de control sobre la situación, desconfirmar las expectativas negativas, desarrollar asociaciones no amenazantes y disminuir la activación fisiológica a través de un proceso de habituación. El paciente tuvo que exponerse a las situaciones temidas de forma gradual, empezando por las más sencillas. También se utilizó la exposición en imaginación y reestructuración cognitiva de los pensamientos catastrofistas y erróneos así como se realizó un entrenamiento en relajación muscular progresiva para reducir y eliminar la ansiedad.
Depresión
Los trastornos del estado de ánimo: el Trastorno depresivo
Los denominados trastornos del estado de ánimo, han venido sufriendo una serie de cambios en su definición a lo largo del tiempo.
Esto ha venido condicionado por la heterogeneidad de los síntomas que lo componen, así como la cantidad de situaciones en las que puede diagnosticarse o el hecho de si el trastorno puede ser denominado “primario”, es decir, se diagnostica de manera independiente o “secundario”, viene ocasionado por otro trastorno o situación que provoca esos problemas del estado de ánimo.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la depresión es un trastorno mental frecuente, que se caracteriza por la presencia de tristeza, pérdida de interés o placer, sentimientos de culpa o falta de autoestima, trastornos del sueño o del apetito, sensación de cansancio y falta de concentración.
La depresión puede llegar a hacerse crónica o recurrente y dificultar sensiblemente el desempeño en el trabajo o la escuela y la capacidad para afrontar la vida diaria. En su forma más grave, puede conducir al suicidio. Si es leve, se puede tratar sin necesidad de medicamentos, pero cuando tiene carácter moderado o grave se pueden necesitar medicamentos y psicoterapia profesional.
¿Cómo podemos ayudarte?
Siempre desde el paradigma cognitivo conductual, podemos ayudarte de una manera eficaz con tratamientos validados y eficaces en la superación de los síntomas que provocan el malestar anímico subjetivo como los problemas derivados del mismo.
Los síntomas a tratar son:
Síntomas anímicos
Uno de los síntomas que deben tenerse en consideración y que, generalmente, asienta el eje de los trastornos depresivos es el estado de ánimo triste. Sin embargo, no siempre el estado de ánimo corresponde con la tristeza, en ocasiones se manifiesta por medio de la irritabilidad, nerviosismo, e, incluso, sensación de vacío.
Síntomas conductuales y motivacionales
Frecuentemente se siente que no se tienen ganas de hacer nada (apatía), que no se disfruta de la realización de actividades (anhedonia). Se trata de los otros síntomas más característicos de las personas con un estado de ánimo depresivo. Prestamos una especial atención a este aspecto, ya que se trata de una sensación que tienen y que a la hora del tratamiento puede entorpecer el tratamiento y por eso debemos trabajarlo desde el principio. En algunos pacientes con una intensidad muy elevada, incluso se puede llegar a producir un estupor depresivo, que se trata de un estado similar a la catatonia, en el que la persona se encuentra mutista, sin hablar y prácticamente paralizada a nivel motor.
Síntomas somáticos
Es habitual mostrar cambios a nivel físico: el sueño, la alimentación, dificultades sexuales; molestias físicas: problemas digestivos, dolores difusos, cansancio, etc.
Síntomas cognitivos
Una de las quejas frecuentes que se manifiestan en la depresión son quejas sobre su disminución de la capacidad de atender y memorizar. Estos síntomas pueden afectar de forma considerable a sus actividades laborales, académicas, relacionales, etc. Es decir, son síntomas que pueden afectar a la funcionalidad del paciente y que también debemos considerar en el tratamiento, dando estrategias para mejorar estas capacidades y/o normalizar lo que está sucediendo.
Por otro lado, entre los síntomas cognitivos, atendiendo al contenido de los mismos, sabemos que las personas deprimidas tienden a tener una visión más negativa. Beck, hablaba de la tríada cognitiva negativa:
- Visión negativa de uno mismo
- Visión negativa de los otros
- Visión negativa del futuro
Síntomas relacionales
Generalmente, las personas aquejadas de depresión se aíslan, muchas veces por un desinterés sobre las relaciones, porque señalan que no saben qué decir y que se sienten a disgusto y en otras ocasiones porque las personas que les rodean terminan dejando de intentar estar con ellos.
- Apatía
- Anhedonia
- Estado de ánimo triste o vacío
- Falta de interés al realizar actividades
- Cansancio
- Síntomas físicos
- Hipersomnia o dificultades para dormir
- Falta de apetito o apetito aumentado
- Ganas de llorar
- Ideas de suicidio
Finalmente, no hay que olvidar que en estado depresivo se va a producir un cambio en la forma en la que las personas perciben las cosas tanto presentes como futuras, se va a producir una modificación en sus emociones y en sus conductas y reacciones, y estos cambios pueden afectar también a su estado físico (cansancio, sueño, alimentación, molestias físicas, quejas por problemas cognitivos: atención y memoria) relacionales (dejan de quedar con amigos, no les apetece hablar), e incluso estético (dejadez, no ducharse ni preparase, colores de la ropa, etc.).
Tratamiento psicológico de la depresión
Los tratamientos de elección en este tipo de problemas, con eficacia demostrada y que encontrarás en nuestro equipo de trabajo son los siguientes:
Terapia cognitivo conductual
Entre los programas de tratamiento cognitivo conductual debemos seleccionar aquellas estrategias que sean adecuadas para cada paciente y su sintomatología:
- Programa de actividades agradables
Este apartado por el que suele comenzar cualquier terapia cognitivo conductual, se trata de un retorno a aquellas actividades que anteriormente le resultaban agradables, con el objetivo de conseguir una mejora en un estado de ánimo, a través de actividades reforzantes y la evitación de la inactividad, asociada a un aumento de pensamientos y rumiaciones, sobre todo de corte negativo.
- Reducción niveles ansiedad:
- Relajación
- Respiración diafragmática lenta
- Técnica de distanciamiento
- Mejorar habilidades para obtener reforzadores y autorrefuerzo
- Detección y modificación de pensamientos negativos: reestructuración cognitiva
La terapia cognitiva de Beck
La terapia racional emotiva (Ellis)(TRE)
Técnica de las 4 preguntas de Beck
- Entrenamiento en habilidades sociales y asertividad
- Entrenamiento en resolución de problemas (D’Zurilla y Nezu, 1982): ayudar a que la persona tenga estrategias para lidiar con los problemas.
- Entrenamiento en autoinstrucciones (Meichembaum., 1991).
Caso ficticio
Se presenta un hombre de unos 50 años de edad. Nos cuenta que hace unos diez años su padre enfermó. Es hijo único, por lo que decidió cambiar de domicilio para situarse más cerca del domicilio paterno y así poder colaborar en las tareas de cuidado paterno.
Afirma que, desde entonces, se ha distanciado mucho de su mujer y de su familia, ya que le quedaba poco tiempo para realizar tareas de ocio con ellos. Entre el trabajo y el cuidado tanto de su familia como de su padre no le quedaba tiempo para nada.
Ahora siente que sus hijos se han hecho mayores y ya no puede recuperar ese tiempo en el que eran pequeños y hacían todas las actividades juntos, en familia, ahora ya son más mayores y tienen una independencia.
Además, nos comenta que desde hace un tiempo no le apetece hacer más que sus obligaciones ya que no le merece la pena, ha perdido un tiempo que no recuperará y todo lo que puede venir a partir de ahora ya no será tan bueno como lo que ha perdido.
Su padre ya tiene una ayuda permanente y no es necesario que él siga yendo tan a menudo, por lo que pasa mucho tiempo en el sofá. Tampoco duerme bien, le cuesta coger el sueño y se levanta cansado. También ha engordado mucho.
Viene a consulta a petición de su mujer para que pueda volver a disfrutar de las cosas como antes.