Fobias
Una fobia se puede describir como un miedo intenso y constante, excesivo e irracional que se produce ante la presencia de objetos o situaciones reales o anticipadas y que desencadena una respuesta fisiológica y emocional a la cual el individuo en ocasiones puede reaccionar con la evitación del objeto o la situación fóbica. En algunos casos, el sujeto podrá enfrentarse a la situación/objeto temidos, sin una evitación directa del estímulo, aunque haciéndolo a pesar de la ansiedad o usando algunas formas de evitación parcial o acompañado o apoyándose en un estímulo de seguridad.
Normalmente los síntomas que se experimentan en una fobia pueden ser a nivel fisiológico: sudoración, palpitaciones, temblor, mareos y nudo en el estómago; a nivel emocional: nerviosismo, ansiedad (en caso de que sea inmediata, puede desencadenar en ataque de pánico), pensamientos catastrofistas y sensación de malestar general.
Todas estas circunstancias repercuten negativamente en los diferentes contextos del sujeto (laboral/académico, social, familiar, etc.) y se agravan en los casos en que se produce un proceso de generalización de la fobia. Por ejemplo, sujetos con miedo a volar, comienzan evitando subir a un avión, y por tanto entrar a un aeropuerto, y por tanto viajar,…, y así sucesivamente.
Cuando estos miedos o las propias conductas de evitación de la situación temida resultan incapacitantes en la vida del sujeto, interfiriendo en su vida cotidiana, se hace necesaria la ayuda profesional.
TRATAMIENTO PSICOLÓGICO DE LA FOBIA
Existen varias modalidades de técnicas de exposición para tratar las fobias; en función de las características de la fobia y las variables del sujeto, se elegirá una u otra modalidad:
- Exposición en vivo
- Exposición en imaginación
- Autoexposición
- Inoculación del estrés
- Desensibilización sistemática
- Inundación en imaginación
Puesto que en las fobias específicas los pensamientos asociados suelen ser negativos, irracionales e intrusivos, puede ser eficaz el empleo de la reestructuración cognitiva.
CASO FICTICIO:
Luis, de 26 años, trabaja reformando edificios; acude a consulta presentando un miedo excesivo a las alturas, experimentando estados de ansiedad elevados. Lleva a cabo conductas de evitación ante la situación temida. Este miedo afecta a su vida cotidiana, pero de forma más persistente en su trabajo ya que en muchas ocasiones, debe subirse a lugares elevados, como por ejemplo cuando trabaja en fachadas o decoraciones exteriores. En estas situaciones el paciente solicita ayuda de su compañero ya que él no puede desempeñar este trabajo y muestra conductas de evitación cuando tiene que enfrentarse a cualquier situación ante la que tenga que enfrentarse a las alturas. Sus pensamientos son negativos, cuando se sitúa en un lugar elevado presenta cogniciones erróneas, como por ejemplo que se va a caer al vacío, con la consecuente respuesta de intentar por todos los medios bajar de ese sitio elevado a un lugar seguro.
La terapia comenzó informando al paciente sobre las fobias específicas, como se desarrollan y aspectos generales de éstas. Se fue concretando ofreciéndole información educacional sobre su fobia específica, la naturaleza de la situación temida, el valor del miedo, el papel de los pensamientos asociados a la ansiedad, etc. A continuación se preparó al sujeto para la exposición en vivo, eficaz para reducir el miedo porque permite desarrollar un sentido de control sobre la situación, desconfirmar las expectativas negativas, desarrollar asociaciones no amenazantes y disminuir la activación fisiológica a través de un proceso de habituación. El paciente tuvo que exponerse a las situaciones temidas de forma gradual, empezando por las más sencillas. También se utilizó la exposición en imaginación y reestructuración cognitiva de los pensamientos catastrofistas y erróneos así como se realizó un entrenamiento en relajación muscular progresiva para reducir y eliminar la ansiedad.
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